Homilia Cuarto Domingo de Pascua


Pascua.Domingo 4.

. Si no hubiéramos nacido, nadie nos hubiera echado en falta ni notado nuestra ausencia.

. Pero se ha producido un milagro que es la vida de cada uno/a . Es el gran regalo que todos hemos recibido de Dios, creador de la vida de cada uno/a como seres originales y únicos.

. La vida de cada uno es irrepetible. Es tarea de cada uno/a y sólo cada uno la puede vivir. Nadie verá el mundo con mis ojos, nadie actuará con mis manos, nadie amará nunca con mi corazón.

. Por eso lo primero que Dios nos manda es que vivamos. El primer gesto de obediencia a Dios es vivir, amar la vida, acogerla con corazón agradecido, cuidarla, desplegar todas las posibilidades encerradas en nosotros.

Cuando pensamos que la vida es un regalo ¿qué sentimientos brotan en nosotros?

. Vivir no significa solamente asegurar un buen funcionamiento de nuestro organismo, sino crecer como seres humanos y ayudar a que la sociedad crezca en humanidad.

. La fe es un principio de vida. Dios es antes que nada alguien que hace vivir. Alguien que da fuerzas para comenzar siempre de nuevo. Alguien que nos da una esperanza indestructible cuando la vida parece apagarse.

. La situación que estamos viviendo: enfermedad, muerte, confinamiento, miedo, puede oscurecer el sentido de la vida, incluso nos puede llevar a pensar que la vida no tiene sentido, que no merece la pena.

·         ¿Cómo anunciar que Jesús nos trae vida en abundancia, que merece la pena vivir? ¿Qué hemos de hacer? Cambiar la orientación en la vida y seguir el camino de Jesús. Entonces  el Espíritu Santo nos hará vivir una vida nueva y nos capacitará para ser testigos de Jesús.

. Hechos de los Ap. 2, 14. 36-41

·         Jesús ha superado todas las dificultades y los tormentos  de su pasión para que nosotros vivamos de verdad. Por eso es, y así lo reconocemos, pastor y guardián de nuestras vidas.

. 1ª Pedro 2, 20-25

·         La imagen de pastor se contrapone a la de ladrón y salteador. El pastor bueno da la vida por las ovejas, las cuida, las conduce y las protege. Lo propio de Jesús es desvivirse por nosotros, para que no vivamos de manera rutinaria  y sin sentido sino para que tengamos vida tan abundante que venza toda clase de  muerte.

. Juan 10, 1-10

. Jesús quiere que vivamos una vida abundante (Ev.) El no nos obliga sino que nos propone unos valores (1ª l.). Para vivir una vida plena, llena de valores, es necesario convertirse y aceptar el don del Espíritu (2ª l.).

.  A lo largo de su evangelio, Juan presenta a Jesús como pan de vida, luz del mundo, etc. Ahora nos dice que es “pastor” y “puerta”. Son dos palabras que tienen significados positivos y negativos.

. Pastor sugiere negativamente: manipulación, dependencia, falta de libertad, alguien que nos dice qué tenemos que pensar y qué tenemos qué hacer. Positivamente nos habla de guía, de acompañamiento, de defensa, de búsqueda de caminos.

. De manera parecida la palabra puerta habla de permitir la entrada y de cerrarla, de acogida y de rechazo, defensa de peligros, abrirse a unas personas y cerrarnos a otras, etc.

. En la imagen del pastor y la puerta, Jesús se presenta como el autentico guía. El es la puerta y el guía que conduce a la vida verdadera. El no impone sino que propone una plenitud de vida que se alcanza cuando aceptamos en nosotros su Espíritu.

. Jesús traza una línea que divide a las personas: estar a favor o en contra de la vida. Es decir, estar dispuesto a darse a sí mismo, ser buen pastor como él, o, por el contrario, aprovecharse de los otros, ser ladrón del rebaño. Él, que es buen pastor, quiere que hagamos crecer la vida que nos regaló el Padre Dios.

¿Qué podemos hacer para que crezca esa vida, en nosotros y en los demás, que Dios nos regala y que Jesús cuida y alimenta?

. Nos ha dicho hoy el evangelio: “Las ovejas siguen sus pasos porque reconocen su voz”.

. Para seguir a Jesús hay que reconocer su voz.  Esto supone no confundir sin más la voz de Jesús con cualquier palabra que se pronuncia en la Iglesia. Decía S. Agustín: “No nos constituimos en maestros por el hecho de hablar desde el púlpito. El verdadero maestro habla desde dentro” Es decir, Jesús.

. La lectura de los evangelios, a ser posible diariamente, debe ser para nosotros tan necesario como la comida diaria. Una lectura que nos hace oír, desde dentro, la voz del buen pastor. Hoy se nos ha dicho que no caminamos por la vida solos y desamparados. Nos acompaña Jesús que nos conoce, nos ayuda a vivir y nos defiende en toda circunstancia.

. En el día a día, hemos de buscar al Buen Pastor. En la creatividad ante nuevas situaciones, no en la pasividad y en la rutina.. En el silencio interior no en el activismo superficial.

. Además es necesario seguir sus pasos. Dar importancia a lo que Jesús se la dio, defender al ser humano como él hizo, acercarnos a los últimos y enfrentarnos a la vida y a la muerte con la esperanza con la que él se enfrentó.

. Hace muy pocos días celebramos el 1º de mayo, fiesta de los trabajadores.

. Ese día se celebra lo que se ha conseguido en la lucha por la justicia social y denunciamos lo que aún queda por alcanzar.

. La crisis sanitaria que estamos viviendo ha producido  una difícil situación económica y no debemos permitir que su solución cargue únicamente sobre las espaldas de los trabajadores. Habrá que luchar y, siguiendo al Buen Pastor, defender a los más vulnerables.

. La palabra del Buen Pastor, contenida en el evangelio, ha resonado en esta celebración como orientación y guía.

. Ahora él nos alimenta con su propia vida y fortalece nuestra fraternidad con la unión de todos con él. Dejemos que la vida que él nos da rebose en nosotros y alcance a otras personas que sufren situaciones que les hacen difícil la vida.

. En la Iglesia todos somos, de alguna manera, pastores porque todos hemos recibido la misión de cuidar a los otros. El sacramento del orden capacita a unos creyentes para que hagan presente a Cristo Pastor y a Cristo Servidor, son los presbíteros y los diáconos.

. Pidamos al Señor que les ayude a ser reflejos de Cristo, Buen Pastor y servidor, y que despierte en muchos jóvenes el deseo de ser pastores – servidores de la comunidad cristiana.


CANTO


 ( Pinchar en el reproductor para que suene la canción)


"Jesús, el Buen Pastor,hace resucitar nuestra esperanza. Él nos habla a cada uno/a porque nos conoce y sabe lo que necesitamos. Es decir, tenemos un nombre concreto para él. Que alguien nos conozca y le importemos mucho se traduce en alegría profunda y en confianza. Y la finalidad de todo esto es “para que tengamos vida y la tengamos abundante”


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