Homilía Domingo 12 del T.Ordinario
PARROQUIA DE SAN JOSÉ OBRERO
T. ordinario. Domingo 12
.
La misión que nos encargó Jesús suscita diversas reacciones.
. Una veces despierta oposición y rechazo
porque contradice las expectativas de mucha gente y los intereses concretos de
otras. En otras ocasiones indiferencia y apatía y la sensación de que las
instituciones no son capaces de resolver los problemas actuales.
. La vida está cada vez más difícil, o al
menos así lo percibe mucha gente que se siente amenazada de muchas maneras y no
ve claro el futuro. En esta situación hay quien cae en el desánimo, otros
intentan olvidar empleando su tiempo en distracciones varias.
. En otras personas encuentra aceptación entusiasta. De todas
maneras la pasión por la vida y por las personas, así como la pasión por Dios y
el Evangelio, es decir, la misión evangelizadora lleva consigo diferentes
dificultades.
¿Qué dificultades
encuentra hoy un creyente al intentar vivir su fe y evangelizar?
.
Una fe viva es una fe que se arriesga.
. Una fe que no lleve consigo ningún riesgo
no se parece al estilo de vida de Jesús, vivido con riesgos, pero también con
gozo y confianza. Siempre será un riesgo trabajar por la justicia, siempre será
arriesgado derribar barreras que impiden la fraternidad y vivir la
misericordia.
. El profeta Jeremías experimentó muchas
dificultades para ser fiel a su misión. Pero en vez de dejarse dominar por el
miedo y abandonar la tarea se acoge a la confianza en Dios. Jesús, en el
evangelio, nos dice que vencemos las dificultades cuando creemos que Dios cuida
de nosotros.
·
Al
profeta Jeremías todo se le vuelve en contra, incluso su propia familia. En
medio de esta situación es capaz de lanzar cantos de alegría. Esto es posible
porque, a pesar del aparente fracaso, tiene la seguridad de que Dios está con
él. Por ello sigue anunciando su Palabra, porque reconoce la compañía de Dios.
. Jeremías 20, 10-13
·
Vivir
y anunciar el Evangelio no son tareas fáciles. A pesar de todo el creyente se
siente llamado a confesar su fe. Jesús nos anima a hacerlo, superando las
dificultades con la certeza de que
estamos en las manos de Dios. Por ello no se calla por miedo sino que es
testigo de Jesús con su vida y con su palabra.
. Mateo 10, 26-33
(Para oír el Evangelio, pulsar sobre el reproductor)
.
El profeta Jeremías sintió miedo en muchas ocasiones y tuvo ganas de abandonar
la misión.
. Pero si las voces de fuera le amenazaban
y le llenaban de miedo, la voz que sentía en su interior era más poderosa y le
empujaba a seguir adelante en su misión.
. Su constancia no era terquedad sino
confianza en Dios. Estaba asentada en una honda experiencia. Jeremías
experimenta cómo el Señor se compromete totalmente con la historia de su
pueblo, por eso, a pesar de los temores, sigue adelante.
.
El evangelio continúa el discurso de la misión que comenzó la semana pasada.
. Nos advierte del miedo que puede
despertar en nosotros la tarea militante y misionera que debemos llevar a cabo.
Los valores del sistema liberal, en el que vivimos, son opuestos a los que
Jesús propone.
. La actitud radical del discípulo para
vencer el miedo es la confianza en la promesa de Jesús que asegura que Dios se
preocupa de cada uno de nosotros. Si se preocupa de los pájaros más pequeños,
¿cómo no va a cuidarnos?
. Una comunidad cristiana ha de ser un
lugar donde la gente se libera de sus miedos y aprende a vivir confiando en
Dios y en donde se respira una paz contagiosa y una esperanza entrañable.
Jesús nos dice: “No tengan
miedo”, ¿qué despiertan en nosotros esas palabras?
.
El creyente no se hace ilusiones sobre la situación del mundo.
. No se engaña resolviendo los problemas
desde una fe ingenua. Conoce la fuerza del mal, lucha contra ella, pero su fe
en Dios le ayuda a no olvidar que el mundo no está abandonado a su desgracia.
. Decir que todas las personas somos iguales y que Dios que sea una realidad
de hecho en todos los planos de la vida,
decir que la única riqueza justa es la que se reparte y comparte.
. Decir que Dios no está con los que hacen,
preparan y negocian con la guerra, sino con los que trabajan por la paz, decir
que la Iglesia
debe ser, de manera especial, de los pobres y pequeños. Decir todo eso trae
complicaciones.
. Y esto nos puede ocasionar cierto miedo.
Y es natural. Lo malo es que el miedo nos haga perder la voz y callarnos para
no molestar a nadie. El conflicto por sí mismo no es bueno pero en ocasiones
resulta inevitable.
.
Jesús nos ofrece unas razones con las que podemos vencer el miedo que nos paraliza y puede hacernos abandonar la misión.
. La primera es la confianza en Dios, es
creer que Dios está detrás de todo esto,
que si está pendiente de los pajarillos, mucho más lo estará de sostener y
cuidar nuestra vida que intenta continuar la misión de Jesús.
. La segunda es recuperar el sentido de la
llamada (Jeremías) asumiendo las exigencias del seguimiento y confesando sin
miedo al que nos llamó a ser colaboradores suyos.
. Cuando leemos la vida desde los ojos de
Dios aparece la esperanza. Es decir, que la posibilidad de una sociedad más
justa no es una vana ilusión. Lo decía la 1ª lectura: “Libró la vida del pobre
de manos de lo impíos”.
. Todo esto produce una espiritualidad positiva, activa y esperanzada, basada en el
amor a la vida y a toda la humanidad, y, sobre todo, a los más débiles, en el
cuidado de la casa común que es nuestro planeta y en la construcción de una
sociedad más libre y humana.
.
Frente a las seguridades humanas, todas inseguras, Jesús nos ofrece una
absoluta seguridad.
. Signo de esa seguridad es su Palabra
que nos ilumina y el Pan del Cuerpo de
Jesús que nos fortalece. Y si Dios está con nosotros ¿quién podrá contra
nosotros?
Canto:
Cada semana celebramos la Eucaristía y escuchamos la Palabra de Jesús, para vivirla y testimoniarla en nuestra vida. Que la fortaleza que Él nos da y la confianza en el Padre, ilumine nuestra fe y nos ayude a superar los miedos que tengamos.
(Para oír la canción, pulsar en el reproductor)
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